Pasión Creadora

LA AMAPOLA

Mi salida natural hacia el Universo se abre por los puertos de
Guadarrama o el Campo de Ontígola. Este sector de realidad
circundante forma la otra mitad de mi persona: sólo al través de él
puedo integrarme y ser plenamente yo mismo.
JOSE ORTEGA Y GASSET

S  U  M  A  R  I  O

 

CAPITULO UNO

Final de los guaduales y caminos.- Infancia entre bosques y sementeras.- Desaparición de las arboledas y quebradas.- La recordación como disciplina grata; generosa tarea de aprendizaje.- Más gente y menos sembrados.- Dolorosas transmutaciones del paisaje familiar.- Tractomulas versus ferrocarril.- El fecundo vergel de ayer.- El asinamiento de los pobres.- Poderío de la era industrial.- Rancherías, calles y carreras sobre capa vegetal de metro y medio.- La amorosa conjugación de las quebradas y los guaduales.- Retratos impresionistas.

CAPITULO DOS

Arroyuelos de vida y alegría.- Dosquebradas el río tutelar.- Aquella otra Mesopotamia.- Tala de árboles y guaduales.- La borrasca de La Víbora y la novilla blanca.- Cuadernos y ropas sobre las piedras y niños al agua.- Velocidad en las chuspas de guadua.- Salto con garrocha.- Los caballos el Negro y el Moro.- Pedro Antonio, el muchacho aventurero de Aguadas.- Matrimonio de Pedro Antonio y Rosa María.- Un administrador exacto en sus cuentas.- El arte de poseer una linda finquita.- El buen negocio de ser honrado.- El tío Belisario.- Mi padre como hermano de sus cuñados.

CAPITULO TRES

La casa de Lamapola. Dulce nostalgia de sus corredores y ventanas.- La lluvia de estrellas.- Ventaneaban los vivos y los muertos.- Las hormigas y los rosales pitimí.- La pieza de los aperos.- El cuarto de San Alejo.- Techos de teja como imagen del silencio.- La casa de cuatro aleros.- Historia y drama del sótano.- La guerrilla y el gobierno en busca de hombres jóvenes.- Los caballos a salvo en el monte.- Embrujo y misterio de los naranjos.- El naranjo más viejo.- La tranquera de guadua.- Muchacho encaramado en el naranjo más alto.- Ideas originales en las alturas.

CAPITULO CUATRO     

La sabiduría de mi bosque.- Arboles como multitudes.- El sabio discurrir de los árboles.- Lenguaje de sonidos y señales.- El bosque que arrulla al río.- Viento en fuga, sombra imprevista y lampos de sol sobre las aguas.- Triunfo de la vida sobre la muerte.- Las incansables hormigas del balso viejo.- Tarea del musgo y las parásitas.- Esa compleja comunidad biológica del bosque.- Unidad creadora entre el bosque y el suelo.- Tala de bosques y aguas enloquecidas.- Transmutación de las hojas en el silencio y paz del bosque.

CAPITULO CINCO

Y esa sensualidad de las frutas maduras.- El madroño y sus frutos de rica pulpa.- El anón y el prodigio de sus cosechas.- El churimo que pasa inadvertido.- El caimo y sus caimas.- El aroma delator de la piña madura.- El granado y su aristocracia.- El aguacate viejo como gallinero.- Las simpatías domingueras por el guayabo agrio, la mata de mora y el pepino dulce.- Caída de guanábanas al amanecer.- Ricura de las granadillas y las badeas.- La ahuyama monumental.- La abundancia de huevos de la gallina que “pone en el monte”.

CAPITULO SEIS

El embrujo de los puentes de guadua.- La atormentada pasarela para ir de un tiempo a otro.- Ansiedades y angustias de quienes cruzan los puentes.- Puente con barandilla.- Los soliviones del puente que nos cambian el curso del pensamiento.- Vida y muerte de mi primer amigo.- Caramelo era un pincher miniatura.- Un perro que supo saborear la muerte.- Efusivos saludos de juventud.- Tensa amistad con algunos.- Cuando Caramelo mordió a la patrona de Mota.- La tarde y noche de su muerte.- Su enterrador y los viejos temas de conversa.

CAPITULO SIETE

La escuela con perfume de gardenias.- Su contagiosa y sensual andadura.- El tío Carlos y su mueblacho.- Aquellos conocimientos adquiridos en casa.- El Catecismo del padre Astete.- La Citolegia de los Ospina.- La Ortografía de Marroquín.- Los gozos de las novenas.- Mi hermano y la máquina de coser de la maestra.- De cómo, ella, nos enseñaba a expresarnos con facilidad.- Maestra rural con ínfulas de maestra urbana.- La negra Cándida nuestra maestra particular en Lamapola.- La historia de nuestros nombres.- La bicicleta de José Aguilar.

CAPITULO OCHO 

Finquero frustrado por los libros.- Cómo pensaba mi padre.- Mi ayuda en el manejo de los vacunos.- El cafetal que yo sembré.- Las vacas que yo cuidaba y los ordeñadores de las cuatro de la mañana.- Mi dinero, fruto del “trabajo independiente” que decía papá.- Los cuarenta pesos de la ternera sarda.- Mis zapatos nuevos y la Feria del Libro.- La pintora Adelita de Fajardo.- La familia de Pascual Hoyos.- Gente pobre vergonzante.- El escándalo por las aguas negras.- Los complejos de la familia Hoyos.- La novilla que rodó por el talud.- El duro y amargo oficio de ocultar la pobreza.

CAPITULO NUEVE

Abel Patiño y sus compañeros de trabajo.- Los regalos de Patiño para sus sobrinos.- El guitarrista y sus canciones.- El negro Castro y su humor carcelario.- Muerte del caballo Negro.- Historia del “Tungo” cogedor de café.- Su paso del hospital a la cárcel.- Aquel “Tungo” que se sabía de memoria el diccionario.- Mi hermano Nicanor, diccionario en mano frente al “Tungo”.- Juaquinita Jiménez en acción.- Su nieto Carlos.

CAPITULO DIEZ

Los libros que nos alquilaba Lopezcú.-  El singular jardín de los Varela.- El extraño hechizo del río Otún.- El embrujo y  belleza del “Charco Alegre”.- La invasión de bañistas desnudos.- Frustraciones juveniles y baño tranquilizante.- El Obispo va a “Charco Alegre”.- Su Eminencia descubre al diablo y lo exorciza.- El diablo huye hacia Ingrumá.- Del río alegre de ayer al mal humorado de hoy.

CAPITULO ONCE

Aquel barranco volador.- Las casas de lenocinio del pasoanivel.- Sosiego de día y algazara de noche.- La cofradía  monopolista.- Fiestas de fin de agosto.- Maldiciones de la parroquia y de las señoras.- Peligrosas fórmulas de acrobacia aérea.- El barranco volador en acción.- Trágico final del grupo musical Balalaika en casa de la Turca.

CAPITULO DOCE

A estudiar en la ciudad.- Las casas de la 21.- Arquitectura colonizadora.- El ejemplo de Juan Soto.- La Escuela Gregg. La tía Marulanda en actividad.- Los zares del transporte masivo.- Exámenes para ingresar al Colegio Oficial.- Diálogo con mi padre.- Mi padre y el atleta y entrenador Milton Lagardere.

CAPITULO TRECE

Aquellos exámenes de admisión. Imagen de don Deogracias. Los profesores del Colegio. Mi primer trabajo de redacción.- Este cambio del campo a la ciudad.- Y como son los pereiranos.- Belleza de la ciudad.- Poesía del Alto del Nudo.

CAPITULO CATORCE

Una ciudad donde sus habitantes hacen la ciudad.- Una villa de amor, de trabajo y de paz.- La gran sumatoria del quehacer de gentes vitales y alegres.- El Convite para construir el Aeropuerto.- El reinado cívico de Aleyda y Lucy.

CAPITULO QUINCE

Historia de mis amigos.- Manuel Zapata, su carácter, su genio, su muerte.- Wolgang Escalante, sumiso a sus instintos.- El arte de vencer obstáculos con argucias.- El facilismo hacia el éxito.- Wolgang, hedonista arrepentido.-    El abuelo bondadoso de mi amigo Ramiro.- Viaje en ómnibus a la Romelia.- El sentido autocrítico de Ramiro.- La casa del abuelo Atilano.- Toro bravo en la sastrería.- La obesidad como expresión de belleza.

CAPITULO DIEZ Y SEIS

La dicha del tranvía y el embrujo del tren que pasa.- El tranvía, alma ya envejecida de la primera ciudad.- Su carga de deseos proletarios.- El tren y su penacho de humo.- El rumor de su paso y la sensación de que nos dejó el tren.- Otros colegios vecinos.- El encanto de la plaza principal.- Los mangos en cosecha y la buena puntería de los estudiantes.- El eterno embrujo del Alto del Nudo.

CAPITULO DIEZ Y SIETE

Música en la noche.- Retreta sabatina en el Lago.- El paseo de la gente joven en torno del agua luminosa.- La búsqueda del amor.- Concurso de grupos orquestales.- “Dame un besito coto piquito”.- Y la marcha del hambre.- El imperio de la abundancia.- La policía en defensa del orden, los especieros en defensa de sus negocios.- Tremenda balacera con artículos alimenticios.- La abundancia pone en fuga a los revolucionarios.-

CAPITULO DIEZ Y OCHO

El alma profunda de la ciudad.- Aquella sirena de las doce.- El valor del tiempo, el significado de los amores juveniles.- El buen gusto en el vestir.- El agua y la promoción personal.- El poder de la radio.- Periodismo y publicidad.- Aquí, la dicha de vivir.- Estirpe de enamorados y valientes.- El amor y el poeta de la tierra.- Y el magisterio de Maurois.- Esta es la ciudad del amor.

CAPITULO DIEZ Y NUEVE

Aquella melancolía de los quince años.- Mi prueba de la existencia del alma.- La inteligente comprensión de mi madre.- La compañía de mi hermano Pedro.- El misterio de los olores.- El hombre que se sentía música.- Esta crisis de la adolescencia.- Contrapunto entre lo posible y lo ilusorio.- El amor que aclara las ideas.- Alguien un poco extraño al medio.- Que se me esta yendo la vida.

CAPITULO VEINTE

Y la presencia de la prueba más difícil.- Agonía y muerte de mi padre.- Sus Funerales.- Yo, de campesino a hombre de la ciudad.- Cómo se siente la ausencia del padre y jefe del hogar.-En las lindes de una vida distinta y dura.- Nuevos itinerarios e inesperadas preocupaciones.

 

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