1 –
Me invade en esta hora
la exultación por todo lo alcanzado.
Mis manos sobre el pecho
símbolos son de vida y de ternura,
aceptación tranquila de la muerte.
2 –
Inútil atesorar las penas
por todo lo que fluye hacia la nada,
hacia el abismo nocturnal.
En torno mío crecen
las morbideces del paisaje,
mi jubiloso panteísmo.
En el imperio de la sombra,
¡Soy el árbol de las orgías y los silencios!
3–
Por los cálidos túneles y escarpas
vaga y divaga la conciencia verde.
Los vientos siembran con poder activo
mi derramado polen luminoso.
Mi pudrición es lo festivo, ahora.
Gozosa sucesión de amaneceres.
!Bello cadáver! Mi temperatura
sube, fermenta la sensual materia.
4-
Tiembla y rezuma el vino de mi savia,
la piel se invade en prurito febril.
Cubre el follaje, oculta la semilla,
techo impaciente la pradera púber.
Hojas, corolas que se desintegran,
proceso sabio y armonioso, toman
fuegos y arenas su fracción sedienta.
¡Vuelvo a la tierra que me dio la vida!
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