Era la infancia un claro valle,
milagro y juego de color.
Horas del alba, eran los días
que florecían bajo el sol.
Regresa, ahora, su recuerdo.
Era la infancia un surtidor
junto a la alberca de la luna.
Era la infancia un claro son.
Apremia y vuelve su recuerdo.
Luna, muchacha, corazón,
cuando las almas se aproximan,
cuando se alejan del adiós.
Como las flores de la tarde
nos doblegamos al amor;
cunde el recuerdo perfumado,
fiel patrimonio de los dos.
Apremia ahora su recuerdo.
Era la infancia un corredor,
el cielo azul, el prado verde.
Ella era como una flor.
Deja un comentario