Y entra en los cuarteles
exigente
con su dormán impecable
con su gran figura
con sus ademanes exactos.
En aquellos santuarios
castrenses
se mantiene vivo
su espiritu.
Sus proclamas
elocuentisimas
avasallantes,
irrumpen
impertérritas …
en sus grandes escritos
de la paz
y de la guerra.
A los altos mandos
impetra
como al coronel Rondón:
“General
salve usted la Patria”,
las garantías sociales
las conquistas civiles
la paz pública.
Con exactitud
nuestros hombres de armas
saben a que atenerse,
Bolívar es rotundo
inequívoco
en sus ordenanzas.
De austeridad como San Martín
y empenachado como O’Higgins,
habla
de los grandes hechos
y enseña horizontes,
como en los días victoriosos
de las batallas decisivas
de los congresos admirables
de las paradas solemnes.
Tiene la sapiencia de Juárez,
el arresto de los Maceo
y el alma armoniosa de Martí.
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