Otrora
vuela a Caracas,
modula las palabras de los Rómulos,
de Ramón Jota, de Caldera,
lectura y adivinación,
los mensajes presidenciales
que emiten las capitales andinas.
Día tras día
se hace citar en los documentos palatinos,
influencia de los dioses,
apremia a los generales
y a los civilistas de la Paz,
a Fujimore en Lima,
Belaunde siempre
a Galo Plaza en Quito;
a los Ospina, a los Lleras,
a los Caro decimonónicos
a los integracionistas del hemisferio.
Así,
las oleadas anárquicas
la parálisis institucional
son sofocadas,
no pueden prosperar.
El,
está allí y allá
en la Organización de los Estados Americanos,
en la Corte Suprema,
en la Presidencia
en el Parlamento
a la sordina
inspirando
a los voceros del pueblo,
y a los demócratas veraces y limpios
Su oración ante el Congreso
de Angostura
una sinfonía
siempre en ejecución,
se oye por todas partes.
Invade los aires
las calles y plazas
los recintos abiertos
de la democracia:
“El sistema de gobierno
más perfecto
es aquel que produce
mayor suma de felicidad posible,
mayor suma de seguridad social,
mayor suma de estabilidad política.”
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